“La libertad de la voluntad”, dice Nietzsche, “que en sí misma no es otra cosa que libertad del pensamiento, está limitada de la misma manera que la libertad de pensar. El pensamiento no puede ir más allá del horizonte hasta el que se extienden las ideas; sin embargo, éste se basa en las percepciones que se van adquiriendo y puede ampliarse conforme lo hace”.
Cada uno de nosotros construye un sistema de pensamiento formado a partir de nuestra experiencia de vida y la interpretación que de ellas hacemos. Interpretación co- construida por la cultura prevaleciente en el país y la ciudad específica en la que vivimos, la familia, los amigos, los grupos de los que somos miembros, nuestras características biológicas y emociones, ente otras variables. Desde el coaching éstos son elementos que conforma nuestra matriz interpretativa.
Para una mujer afgana es natural tener que cubrirse el rostro y el cuerpo con una burca o no tener derecho a la educación, e incluso hay quienes juzgan a su mismo género por querer salirse de estas normas. Las mujeres afganas son encarceladas por “crímenes contra la moral”. Estos “crímenes” generalmente son por haber escapado de un matrimonio forzado ilegalmente o por violencia doméstica. Para una mujer occidental, “en general”, esto es un claro abuso de derechos humanos.
¿Tú que crees? ¿Pertenecemos a ciertos grupos por nuestras características y forma de pensar? ¿O nuestra forma de pensar y de actuar es producto de los grupos a los que pertenecemos? ¿Qué tan condicionada está nuestra conducta a “verdades de común acuerdo” para aceptar sin filtro, normas que no nos representan y que nos limitan para ser lo que queremos ser? Inmersos dentro de un sistema establecido, damos por hecho que lo que vemos es “la verdad”, el camino a seguir. ¿Qué tan consciente estás de tu derecho y responsabilidad de elegir, pensar diferente y vivir las consecuencias?
“Eres un esclavo, Neo. Igual que los demás, naciste en cautiverio. Naciste en una prisión que no puedes ni oler, ni saborear, ni tocar. Una prisión para tu mente”.
La alegoría del Mito de la Caverna, que utiliza Platón como explicación de la situación en la que se encuentra el hombre respecto al conocimiento, narra cómo unos hombres viven atados en una cueva sin poder voltear, creyendo que lo que ven (unas sombras proyectadas en una pared) es la realidad, cuando lo cierto es que viven engañados. Vemos el reflejo, las sombras proyectadas (que es el mundo sensible) de la verdadera realidad (el mundo inteligible o mundo de la razón). Uno de ellos escapará y verá la luz del sol y volverá para rescatar a los otros, aun cuando corra el riesgo de que lo maten por no creerle. Neo es el esclavo que sale de la caverna, Morfeo le advierte del peligro: “Son las mentes de los mismos que intentamos salvar. Pero hasta que no lo hagamos, siguen formando parte de ese sistema y eso hace que sean nuestros enemigos. Tienes que entender que la mayoría de ellos no están preparados para ser desenchufados. Y muchos están tan habituados, dependen tan absolutamente del sistema, que lucharían para protegerlo”.
¿Hasta qué punto las reglas, las creencias, la estructura social, moldean y condicionan nuestra mente, nuestros pensamientos, nuestra personalidad? ¿Quién decide por ti cuál es un olor agradable, una forma estética o la comida o ropa que te gusta? ¿Es acaso posible que nuestros gustos o las posibilidades que creemos tener, estén condicionados y limitados por un molde? ¿Qué pasaría si viviéramos fuera de ese molde? ¿Tenemos la capacidad de cambiar el programa y correr uno distinto? ¿Hasta qué punto estamos en una prisión y cuántos de esos barrotes los colocamos nosotros mismos? ¿Cuáles son las sombras de tu propia caverna?
Matrix aborda el problema de lo real y el problema de la libertad valiéndose de estereotipos, simbolismos religiosos, literarios y de ciencia ficción. Como el vestuario de Neo que alude a la sotana de un sacerdote católico; las imágenes del Sagrado Corazón y la Virgen de Guadalupe; la ciudad subterránea de Zión; el Oráculo, de la cultura griega y el arquitecto, que puede sugerir una visión masónica de una deidad creadora.
La película nos plantea cuestionamientos como: ¿Qué es la realidad? “¿Qué es real? pregunta Morfeo: ¿De qué modo definirías real? Si te refieres a lo que puedes sentir, a lo que puedes oler, a lo que puedes saborear y ver, lo real podrían ser señales eléctricas interpretadas por tu cerebro”. Desde una postura fenomenológica (base del coaching ontológico), podemos decir que cualquier cosa que experimentemos como real “depende de la naturaleza del estímulo actual, de nuestras experiencias previas, del fondo o del escenario en el que el objeto está, nuestros sentimientos en el momento, nuestros prejuicios en general, deseos, actitudes y metas”.
Desde el coaching hacemos estos cuestionamientos, analizando el tipo de observador que somos, con el fin de reconocer si esta “realidad” o verdad en la que vivimos nos limita o nos da poder, si es auténtica o adquirida y si es un obstáculo o no, en mi plan de vida. Si “vivimos en mundos interpretativos”, ¿qué es lo real? ¿Quién decide qué es real? ¿A partir de qué verdad estoy actuando y a qué realidad estoy respondiendo? ¿Lo que interpreto es la realidad o es la fantasía de la que habla Matrix? El coaching nos invita a tomar conciencia sobre el hecho de que, lo que vemos, es únicamente nuestra propia interpretación del mundo.
“El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se proyecta y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Éste es el primer principio del existencialismo”. El bien en “Matrix” es cuestión de opción personal, valores como la búsqueda de la verdad, la fidelidad, la amistad, el amor o el valor de la vida humana. La película pone sobre la mesa el papel del amor en la redención del mundo, así como la veracidad de las profecías religiosas. Lo importante desde el Coaching es saber que siempre estamos eligiendo, que la veracidad y los valores son efectivamente cuestión de elección personal. Vivimos la vida de acuerdo a estas elecciones y lo que queremos es hacernos conscientes de la matriz desde la cual elegimos. Somos nosotros quienes a cada momento construimos nuestra “realidad” y destino.
Matrix propone la libertad como desafío y el doloroso “nacimiento” al mundo real. ¿Quiénes somos?, ¿por qué estamos aquí?, ¿existe el libre albedrío o estamos destinados a actuar un guion prefijado por un arquitecto frío y calculador? “Cuando Morfeo intenta describir a Neo el verdadero estado de las cosas, le dice: “Bienvenido al desierto de lo real”, expresión que Jean Baudrillard empleó con frecuencia en su obra. “La gran tesis de la segunda etapa teórica de Baudrillard fue precisamente la desaparición de lo real bajo un aluvión de representaciones, quedando sólo la posibilidad de la simulación”. “Por desgracia, -dice Morfeo- nadie puede decir lo que es la Matrix, tienes que verlo por ti mismo. Esta es tu última oportunidad, al hacer esto, no hay vuelta atrás. Si te tomas la pastilla azul, la historia acaba, despiertas en tu cama y crees lo que quieras creer. Si te tomas la roja, te quedas en El País de las Maravillas y te enseño qué tan profundo desciende la madriguera del conejo”.
El proceso de coaching, nos abre la posibilidad de vivir en una “matrix” diferente, con una mayor conciencia sobre los límites que me impone mi particular manera de observar. De que soy libre y responsable de lo que interpreto, de mis actos, de mi lenguaje, de la forma en que me relaciono con los otros y de lo que logro a partir de ello.
¿Elegir tomar la cápsula azul o la cápsula roja? No hay escape, siempre estamos eligiendo. Al no elegir, elegimos no hacerlo y eso también tiene consecuencias.